sábado, 16 de abril de 2016

Príncipe de la noche

No te pido un desayuno con diamantes, soy más de bisutería.
No quiero cada noche un mensaje de buenas noches, sólo me conformo con ser tu último pensamiento.
No me gusta que me digas que quieres verme, hazlo.
No tengo la necesidad de saber de ti cada minuto del día, sé que no te vas a ir con otra.
No necesito que me abraces durante toda la noche, no me voy a escapar.
No hay por qué ponerle etiqueta a esto, déjate llevar y disfruta el momento.
Pero me encanta cuando me clavas la mirada diciendo más que con la voz.
Me encanta cuando a mitad de la noche te desvelas y me besas.
Me gusta cuando te acuerdas de mí por algo que has visto o escuchado.
Me gusta que te sepas mis manías, mis caras y mis gestos.
Me apasiona que el amanecer nos vea enredados entre mil y un besos.
Me hace gracia cuando te pillo mirándome de reojo, por hacerte el indiferente.
Y aunque odio a los celosos, me gusta que de vez en cuando lo estés, porque no me voy a ir con otro.
Porque, y qué más da lo que el tiempo corra? Hoy sé que quiero estar contigo, mañana el tiempo dirá.
No te pido un amor eterno, ni lo quiero.
Tampoco te pido que te cases conmigo, es algo que nunca haré.
Solo te pido que cuando estés conmigo, estés.
Cuando te apetezca darme un beso, que me lo des.
Cuando te acuerdes de mí, que sigas escribiendo.
Cuando pienses algo, que lo digas.
Porque que sea una pasota, no quiere decir que pase de ti.
Que no esté encima de de ti, no quiere decir que no me importes.
Pero sé que no es fácil aguantarme, y solo te puedo decir que la puerta nunca ha estado cerrada y que eres libre y puedes irte cuando lo creas oportuno.



No hay comentarios:

Publicar un comentario