Querida mamá:
Hoy es tu gran día, no es tu cumpleaños ni tu santo pero es otro día bastante importante para ti, aunque deberian serlo todos los días del año porque es lo que mereces como minimo por aguantarme.
Quiero agradecerte todo lo que haces y has hecho por mí todos los días de mi vida porque eso no se paga ni con el diamante más grande del mundo.
Desde siempre has sido mi modelo a seguir mi figura indestructible, porque desde siempre me has enseñado a ser fuerte cueste lo que cueste a no derrumbarme por nada y mucho menos por nadie, y si lo he hecho ahí has estado siempre para levantarme limpiarme las rodillas curar las heridas y animarme a seguir adelante. Me has enseñado que en esta vida los limites nos los ponemos nosotros mismos, a luchar con uñas y dientes por lo que verdaderamente me importa.
Aparte de traspasarme tu gran caracter y como no tu mala leche...
Siempre me has dicho que jamás me deje pisar por nadie y eso siempre intento llevarlo a raja tabla.
Que no me deje influenciar por nadie, que sea yo misma pese a quien le pese, que sea única.
Otra parte de ti que me encanta es que hace unos años me demostraste que a pesar de perder una figura esencial en tu vida, te derrumbas por completo, pero eso hace que te levantes con toda tu fuerza y te hace ser mucho más fuerte, aunque yo prefiero seguir siendo debil y que tu estes ahí siempre para secarme las lagrimas cuando peor este.
Podría pasarme la vida escribiendo para decirte lo muchisimo que te quiero y que te admiro, a pesar de que a veces tenga instintos asesinos cuando nos enfadamos.
Eres el pilar esencial en mi vida y espero que no me faltes nunca.
Te quiero. ♥
